martes, 1 de junio de 2010

EL CUERPO DEL DELITO (2ª y definitiva parte)

(1ª parte escrita por J.M.)

Realmente no le molestaba el hedor que exportaba el cuerpo, era desagradable sí, pero no era ello en sí lo que más le incomodaba, lo que verdaderamente le apenaba era tener que, ya de manera irremediable, deshacerse de su improvisado inquilino.
Se había habituado a su presencia de tal manera que su silenciosa compañía -como él siempre había deseado que fuera un compañero de piso- le resultaba reconfortante, pero lo cierto es que aquel aroma se iba adueñando poco a poco de la casa y pronto se querría escapar por debajo de la puerta o entre las ventanas y bajar las escaleras hasta dominar el portal. Y eso sí sería demasiado delatador.

Regresó a su plan original. Le angustiaba hasta límites insospechados tener que descuartizar un cuerpo pero, evaluadas con detenimiento todas las opciones, era la que ofrecía menos riesgos.

Bajó a comprar todo el material que él creía imprescindible para la disección del cuerpo.
En la ferretería de la esquina una sierra y tres juegos extras de cuchillas para la misma, además de dos grandes cuchillos; una caja de mascarillas de médico en la farmacia del Doctor Vacceo para, al menos, reducir en su apéndice nasal la insoportable fetidez que el occiso desprendía; y finalmente, en el chino que hace poco habían abierto en su calle, un gran plástico sobre el que tumbar el cadáver mientras lo desmenuzaba y bolsas de basura como recipientes de la futura mercancía.

Ya con todos los utensilios en su poder se dispuso a la faena.
El comienzo fue realmente desagradable, pero una vez fue capaz de separar la cabeza del resto del cuerpo incluso le fue cogiendo gusto.
La tarea resultó mucho más larga de lo que él creyó en un principio y aunque la primera hora pasó con su mente totalmente concentrada en el trabajo, poco a poco le fueron llegando diversos pensamientos, de muy diversa índole y de importancia relativa. Todos menos uno.
De repente pensó que no había escuchado a nadie comentar nada sobre la desaparición del muerto. Ni una noticia, ni un rumor, ni un cuchicheo. Tras casi una semana, nada.
Él era una persona más o menos conocida en el barrio y que conversaba a menudo con los vecinos y ninguno parecía haberse hecho eco de ninguna ausencia. Le sorprendía y a la vez le aliviaba. Pudiera ser que todo resultara mucho más sencillo de lo que en un principio parecía.

Una vez terminado de -como si fuera un puzzle del que te has cansado de mirar- desencajar las piezas, introdujo cada una de ellas en una bolsa de basura diferente.

La siguiente parte del plan era sencilla, día a día y en contenedores de basura diferentes, alojaría cada una de las bolsas con los restos del fiambre.
En 6 días –en cada bolsa una extremidad, otra para el tronco y otra más la de la cabeza- se habría desecho finalmente del difunto.

Habían transcurrido ya los 5 primeros días y todo marchaba como había planeado. Cada noche bajaba la basura como si tal cosa. Incluso la noche del turno del tronco se paró a saludar al vecino del 1º que volvía, sudoroso, de hacer footing (quizás el olor de su propio sudor le impidió darse cuenta de nada).

Hasta que a la mañana del sexto día, cuando tan sólo restaba la testa de ser eliminada, alguien, finalmente, preguntó por el muerto.

Llamaron al timbre, dos veces. Por la mirilla, al otro lado de la puerta, se veía un hombre ya mayor, con gafas de sol y semblante apenado. Desligando aquella visita de su crimen abrió la puerta confiado y preguntó al desconocido qué deseaba.
Éste le contó que desde hacía un par de semanas se había quedado solo en el mundo, que el ser que guiaba sus pasos había desaparecido sin dar señales de vida y que desde entonces nada tenía orden ni sentido para él. Desde aquel día iba casa por casa preguntando si alguien sabía algo de quien por él preguntaba.
Silencio fue lo único que obtuvo como respuesta.
Sin más asió con fuerza su bastón, dio media vuelta y comenzó, con lentitud y cuidado, a descender por las escaleras mientras un portazo tenue le despedía.

No había llegado aún al primer descansillo cuando de nuevo la puerta se abrió. La conciencia del asesino había sido la única testigo del crimen y le forzó a declararse culpable ante la real víctima del asunto.
Así, bolsa negra en mano, llamó al hombre desolado.

- ¡Oiga, buen hombre, espere! Yo sé algo de por quién usted pregunta. Bueno, en realidad, lo sé todo. No espero que me perdone y ni tan siquiera se lo pido, pues sé que es horrible lo que hecho, pero acépteme al menos que le devuelva, como señal de arrepentimiento, la cabeza de su perro lazarillo.

6 comentarios:

  1. Bravo, Fernando, Bravo.
    Especialmente destacable la reseña hecha al doctor Vacceo, y como no podía ser de otra manera, final brillante.
    Yo entiendo que estas historias cortas requieren un final sorpresivo, que termine con un "boom" que nadie pueda esperar.
    Conseguida y superada con nota la prueba.

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  2. Aprendiz de brujo2 de junio de 2010, 20:03

    Bien esta parte de relato en su conjunto da para una buena película, codirigida por mi admirado Amenabar,(primera parte del relato) y por mi nada estimado Medem,(a partir de que aparece el viejo).
    No me hagais ni puto caso, es una paja mental que me acabo de hacer.
    Tenía mis reservas como M.A, porque empezara uno y acabara el otro. Me parecen "encargos" propios o de un profesor de nuestro colegio, del que guardo gran simpatía y afecto, pero que tenía cierta querencia por proponernos actividades experimentales que me producían más descojono que otra cosa.
    Sin embargo el resultado ha sido bueno.
    Un abrazo para los dos.

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  3. Pues qué quieres que te diga, Rapajic, que me parece una resolución del "problema" muy brillante, y que, siendo muy personal tuyo, encaja muy bien con lo muy personal mío.

    Aprendiz, me ha gustado tu referencia cinematográfica, creo que es un comentario crítico muy creativo a su vez. La parte experimental no es casual, sino buscada. De hecho fíjate en la etiqueta del post. Aunque he de reconocer que todo partió de mi incapacidad para terminar mi propio relato. Entonces le dije a Rapajic que haría con él lo que Lennon hizo con McCartney con respecto a su canción "A day in the life". Le dijo que no sabía cómo acabarla, y entoces fue Paul quien lo hizo. Además, se ve a la legua dónde está el corte.

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  4. A mí, sin embargo, y al contrario que a J.M. me parece que la "referencia" a Medem ha sido más un guiño personal (sabiendo de mis gustos Amenabarianos y Medemnianos) que algo real, porque de ser así, Aprendiz de Brujo tan sólo habría mostrado su total desconocimiento del cine del Vasco (vamos que no hay similitud posible entre ninguna parte de este relato y su filmografía. Lamentablemente para nosotros).
    Además creo que tan sólo hace referencia su comentario a esta parte del relato (hizo otro comentario sobre la 1ª parte) y no al relato entero (¿no es así Aprendiz?)
    También ha sido una manera muy sutil de decir (de manera respetuosa y respetable) que a partir de un determinado momento (a mí me ha parecido entender que desde que aparece el viejo, al contrario que a J.M. que creo que ha entendido que toda la segunda parte del relato, o sea, la mía) no le ha gustado nada.

    Y como bien dice J.M., no se trataba de hacer una obra maestra (cosa para la que no estamos capacitados ninguno de los dos, y más en especial yo) sino de hacer un experimento raro a ver cómo salía. Y a mí particularmente, me ha gustado (arriba ese ego, jajaja)

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  5. Aprendiz de brujo4 de junio de 2010, 11:25

    1-Será que desconozco mucho el cine de Medem....Empecé a ver Tierra y no acabé porque no le cogí el tranquillo; he visto lo de Lucía casi entera,(que gran paja);y el documental ese bastante mediocre que hizo sobre el País Vasco también lo he medio visto.Esos son mis elementos de juicio Ahora que lo pienso tienes razón, la aparición del viejo
    es más de Kieslosqui,(al que profeso gran admiración).
    Y aún no gustándome Medem y si mucho Kieslosqui, me parece brillante la aparición del viejo.Porque de tosos los cineastas que se creen lo que hacen se puede rescatar algo,-incluso de Medem. Almodovar....

    Parece contradictorio pero es así, en su conjunto ambos relatos me han gustado.
    Cambia Medem por KieslosQUI y entenderás mi mensaje.
    Rpajic has interpretado bastante erroneamente mis palabras, poruqe al referirme a Medem lo hice como un guiño positivo hacia tí, no como un ejemplo negativo,(desde mi perspectiva).
    En lo çúnico que has acertado es en que efectivamente el comentario de los dos tramos se refiere a la segunda parte.
    Pero vamos mi opinión acerca de tu relato es positiva. Y no solo los que "posteais" estais exentos de ser sublimes todo el tiempo...

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  6. ¡¡Aclarado y perdonado!! jajaja.

    Te recomiendo que veas "Los amantes del Círculo Polar", aunque para mí inferior a Tierra, una gran película. Y te recomiendo más aún que no veas absolutamente nada de él tras "Lucía y el sexo" (a no ser que sea para más pajas).

    Y que conste que aceptaría de muy buen gusto, como así hice en mi errónea interpretación, que no te hubiera gustado, ¡fataría más! Aunque para el Padre Emilio esto no sea literatura... ;-)

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